antonioPJ
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| Tema: EL DIARIO DEL ESCRIBA – La Humanidad ordenada en la Cuarta Dimensión Lun Nov 23, 2015 3:09 pm | |
| EL DIARIO DEL ESCRIBA – La Humanidad ordenada en la Cuarta Dimensión
(Págs. 318 a 320) Como al nacer a este mundo descubrimos que tenemos un cuerpo con cabeza y extremidades, también descubriremos al nacer a la Eternidad que la Humanidad tiene cabeza, cuerpo y extremidades. Al nacer a la luz Eterna, con el despertar de las almas, la Humanidad aparecerá ordenada según su amor y su saber, orden que todos podrán ver según la luz y el color de sus almas.
Trata de imaginar, entonces, a todos en fila, desde el que luce menos, con menos color, a un extremo, hasta el que tiene más luz y más color, al otro extremo. Como un larguísimo collar de perlas luminosas, con una luminosidad y un colorido en orden crecientes.
Ahora imagina, que dividimos el largo collar en tres partes, dando dos cortes. El extremo de las perlas más apagadas serán las extremidades de la Humanidad recién nacida. La parte central será el cuerpo de la Humanidad. Y el otro extremo más rico en luz y color, será la cabeza de la Humanidad.
Esta división responde a la Ley y el Orden que rigen la Eternidad para ordenar a la Humanidad a lo largo de un espacio y un tiempo, el espacio que necesita para sentirse a sus anchas y el tiempo que se tarda en llegar desde el extremo de menor luz al otro extremo de mayor luz. Este tiempo a recorrer se llama el camino de las almas, camino en el que se avanza dando y enseñando.
Por otro lado, ¿cómo afectará al Universo su propio nacimiento?
Al nacer el Universo a la Eternidad se iluminará, cobrará su propia luz. Todos los cuerpos que ocupan lugar en el Universo se encenderán; la luz y el color de las almas planetarias nos dirán de la riqueza y el orden que posee cada planeta. Ya no dependerá el Universo de los soles que lo alimentan sino tan sólo del Gran SOL.
Igual que todos los Universos que recorren uno tras otro la Eternidad, forman un camino de universos en espiral. También dentro de cada Universo puede apreciarse un camino formado por planetas, a años luz unos de otros, que brillan con mayor luz y en orden creciente formando también un recorrido en espiral que tras dar siete vueltas, culmina en el centro mismo del Universo.
Miles de millones, son los Universos que forman el camino de la Eternidad. Miles de millones, son los planetas que forman el camino dentro de cada Universo. Miles de millones, son las almas que forman cada Humanidad.
Las tres partes divididas de la Humanidad y las subdivisiones de cada parte, en sus órganos correspondientes, se verán extendidas, o sembradas si se prefiere, a lo largo de los primeros planetas que forman el camino hasta el centro del Universo. Camino que empieza en este planeta, que será el de menos luz y color, menos riqueza y menor orden.
Este planeta acogerá el equivalente a los pies de la Humanidad; y el siguiente planeta del recorrido, con más luz, más rico, acogerá la siguiente parte de la Humanidad; el siguiente más rico acogerá las almas más ricas; y así sucesivamente, la Humanidad se verá repartida en orden de luz creciente hasta llegar a la cabeza, que recibirá el planeta más rico y ordenado.
Con ello, sólo habrá ocupado una ínfima parte del recorrido. Recorrido que asemeja a una escalera con peldaños a años luz unos de otros, con el mayor diámetro en su base subiendo en espiral hasta lo más estrecho en su vértice. Una espiral de siete vueltas y siete pisos o niveles. Como la formada por los Universos.
Así se verá la Humanidad extendida a lo largo de su Sabiduría, formando un camino que se tarda un tiempo en recorrer y se verá asentada sobre la mayor o menor riqueza con que cuenta cada planeta, según sea la luz y el color de sus almas. Planeta rico para almas ricas, planeta pobre para almas pobres. Como hayan dado, así recibirán.
Este planeta que nos acoge a todos ahora está tan arruinado y desordenado que necesitará una buena limpieza y un reordenamiento. Con todo, acogerá a los que nazcan con menos luz en el alma, pero la suficiente para pisar con los pies mortales, la Eternidad, porque sin nada de luz, nadie llega con vida.
Este planeta será el primer peldaño de la escalera, el principio del camino de la Sabiduría. Cuando la Humanidad tenía que fabricar sus primeras herramientas con sus propias manos o saber encender fuego por sus propios medios. En este planeta estará el pasado del saber humano, aquí quedará la parte de la Humanidad que menos dio y enseñó de sí misma, los que no quisieron hacer por aprender, se verán necesitados de todo y estarán solos.
Sólo recibirán ayuda en forma de guía, y los guías serán las almas del planeta siguiente, el segundo escalón en la Sabiduría, de modo que nadie podrá trabajar por ellos, porque el alma no puede coger azada ni labrar la tierra.
El siguiente planeta, el segundo peldaño, será para los que saben darle al menos una utilidad a sus manos, los que practicaron un oficio. Aquí, ya será la vida más fácil, porque todos tendrán algo que enseñar a todos y podrán aprender de todos. Salvo si todos saben el mismo oficio, entonces será cuando se mirarán entre sí, para preguntarse, ¿de qué nos sirve saber todos hacer lo mismo?
Estos del segundo peldaño, que guían a los del primero, reciben a su vez guía de las almas del tercer peldaño y así sucesivamente.
En cada planeta habrá un trozo de Humanidad, para crecer a sus anchas, y cada trozo, cada órgano, en orden creciente, domina mayor grado de Saber Hacer, de modo que recorriendo los peldaños, los planetas, se recorre la Humanidad desde el inicio del saber, los pies, hasta la cabeza, que disfruta de los mayores avances tecnológicos, como corresponde a su mayor amor y saber, su mayor fuerza creadora y su mayor poder creador. Este peldaño recibe guía de las almas del hermano mayor, el Universo que va por delante del nuestro.
Este peldaño estará menos habitado, porque no se trata de saber comprar y usar las máquinas, sino que se trata de saber construirlas, y aquí se aprende a comprar pero no a reparar, no a construir.
Según la fuerza y el saber, cada uno empezará el camino de la Eternidad, justo donde le corresponde, para desde ahí, seguir su aprendizaje.
Cada planeta, cada peldaño, presentará una civilización más avanzada. Todo el saber desarrollado por la Humanidad a lo largo de los siglos, estará extendido a lo largo de un tiempo, de un recorrido. Este recorrido representa el pasado, el presente y el futuro de la Humanidad. De modo que los de menos luz y color empezarán en el pasado, los de más, en el presente, y los demás, en el futuro.
Mientras la cabeza de la Humanidad recibirá del Universo de delante, guía para la obtención ilimitada de energía y otros avances de ensueño, los pies de la Humanidad recibirán guía para aprender sus primeros pasos, hacer fuego para cocer la arcilla, fundir metales, hacer sus primeras herramientas, sus arados para labrar los campos, construir sus hogares etc., con un nivel de desarrollo equivalente a la Edad de piedra, del hierro, y del bronce.
Cuando la Humanidad se vea asentada y ordenada, estará aún incompleta, pues faltarán todos los que no lleguen a nacer vivos a la Eternidad, por tener sus almas a oscuras. Ellos y Ellas, empezarán a nacer en el primer peldaño, y aprenderán de sus progenitores el saber hacer que se enseña en este planeta.
Poco a poco, la Humanidad se irá completando, según avanzan las almas en el amor y el saber, pues una vez aprendido todo lo que se puede en cada peldaño, el alma avanza al siguiente. Para ello ha de dejar el cuerpo físico en el planeta y tomar uno nuevo, de recién nacido, en el siguiente, pues al principio de la Eternidad, se tienen hijos como aquí, con luz propia eso sí, pero hay que parirlos y alimentarlos igual que aquí, con la ventaja de que se ven sus almas.
Cuando la Humanidad esté completa, y no haya más almas nuevas por nacer, avanzan todas abandonando el primer peldaño, para pasar al segundo, y el segundo, para pasar al tercero, hasta la cabeza de la Humanidad, que avanza al siguiente. Así, planeta a planeta, peldaño a peldaño, tardará la Humanidad una eternidad hasta llegar al centro del Universo, mientras tanto, en esa eternidad, el Universo, habrá recorrido la ETERNIDAD y estará llegando al centro del Gran Sol, el Árbol de la Vida, la puerta al Paraíso del Espíritu.
Ve comprendiendo, por tanto, lo largo que es el camino del alma, y que sólo a base de dar amor y saber se puede avanzar por él. Comprende que será tu saber hacer quien determinará, con la luz de tu alma, que empieces tu vida inmortal, en el pasado, el presente o el futuro de la Humanidad. Cuanta más energía creadora y poder creador consigas en este mundo, más cerca empezarás de la cabeza de la Humanidad y más cerca estarás por tanto, del centro del Universo, que una vez en la Eternidad se llama el Cielo, y su centro, se llama el Séptimo plano del Cielo.
Tampoco se asuste quien sepa hacer pocas cosas, pues al despertar el Alma, recordará muchas vidas en las que aprendió a servir al prójimo y a construir cosas útiles, y toda esa luz y color se verá en vuestras almas. | |
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